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Momia de Ramsés II

DIDAC005

Nuevo

Réplica cabeza momificada de Ramsés II (24 x 21 x 15cm)

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600,00 €

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Réplica de la cabeza momificada de Ramsés II 
Réplica en resina y espuma de poliuretano de la cabeza momificada de Ramsés II. Texturizado con pintura acrílica. Pelo artificial. Realista. Calidad de museo.

Ramsés II
Hijo del faraón Seti I, Ramsés II, es uno de los faraones más célebres del antiguo Egipto. Gobernó 66 años desde 1279 a.C hasta 1213 a.C, y falleció a los 90. Medía 1,73 cm.
Fue el tercer faraón de la dinastía XIX. Su amplia trayectoria militar (conquistas en Libia, batallas contra los hititas..), es sólo comparable a su afán constructivo (Ramesseum, salas en Karnak,Osireion, Pi-Ramsés y otras muchas grandes edificaciones y templos). Tuvo docenas de reinas y esposas y más de un centenar de hijos, algo que al parecer nunca ocultó, de hecho hizo confeccionar una lista con los nombres de todos sus hijos y levantó un hipogeo en el Valle de los Reyes donde varios de ellos fueron enterrados (KV5 Minerva 6, 1995). Con Ramsés II Egipto conoció su época de mayor esplendor, y gracias a esa prosperidad, Ramsés favoreció el desarrollo de la literatura y las ciencias (Wikipedia).
Tanto el cine como la cultura popular, sitúan al faraón con el episodio bíblico de Moises y las 9 plagas

La momia de Ramsés
Sin duda se trata de una de las momias más ilustres de la civilización egipcia, en parte por la relevancia histórica del momificado pero también, por su azarosa "vida" en el "más acá". Desde su momificación y entierro hace 3200 años en la tumba KV7 del Valle de los Reyes (cerca de Luxor, antigua Tebas), la momia de Ramsés ha sido protagonista de un largo periplo que comienza a los pocos años de su entierro cuando tiene lugar el primer saqueo. Más tarde, con el declive de la dinastía ramésida la capital se traslada a Tanis, relegando Tebas a un segundo lugar. Las tumbas del Valle de los Reyes se convierten en objetivo de los ladrones por lo que la momia (y otras momias reales), es cambiada de lugar al menos en dos ocasiones durante las dinastías XXI y la XXV, hasta su ubicación definitiva en Deir-el-Bahari.
Pero nada escapa a los amantes de lo ajeno independientemente del período. En 1871 es de nuevo descubierta por un ladrón de tumbas, Ahmed Abd el-Rassul, descendiente de una conocida familia de ladrones que hunde sus raíces en el S.XIII. Su indiscreción atrajo la atención de G.Maspero que fue el primero en examinarla en 1886, trasladándola posteriormente al Museo de Boulaq y luego, en 1907 al del Cairo. En 1976, debido a su progresivo deterioro, se envía a París para su conservación y estudio en profundidad. La "intervención" duro 7 meses con un equipo formado por mas de 100 especialistas (La Momie de Ramsès II: Contribution Scientifique à l'Égyptologie. 1985). Una vez terminado el estudio, "casi toda la momia" regresa al Museo del Cairo ¿Casi toda? Michel Diebolt, cartero francés de 50 años e hijo de uno de los miembros del equipo que investigó la momia en los años 70, colgaba en Ebay por un precio de salida de 2500 €, parte de los mechones de pelo que habían sido sustraídos a la momia durante la investigación. Los mechones fueron inmediatamente recuperados y volvieron a Egipto en 2007. Descanse en paz, finalmente.

La salud de Ramsés
Una vez en París, la momia fue sometida a todo tipo de análisis con las técnicas más avanzadas del momento (en fin, eran los años 70). El objetivo era frenar el deterioro y conservar los restos. Las primeras intervenciones mostraron la presencia de insectos necrófagos y numerosos tipos de hongos, cerca de un centenar (principalmente el políporo Daedalea biennis Fries), responsables del mal estado de los vendajes. La momia fue sometida a radiación gamma para eliminar la proliferación de hongos destructivos.
La doctora M.González del Instituto de Estudios Científicos en Momias comenta al respecto (minuto 25), "una cosa es eliminar los hongos y otra muy distinta las esporas, puede haber miles de ellas esperando un ambiente favorable. La eliminación de las esporas es muy difícil, sólo manteniendo los niveles de humedad adecuados, se puede garantizar su conservación".

Pero el análisis descubrió muchos aspectos relacionados con la vida y salud del faraón. Se detectó osteomielitis en la mandíbula inferior, una infección ósea de tipo bacteriano muy dolorosa que pudo haber derivado en una infección generalizada (septicemia). Quizá esta infección le causó la muerte. También sufría de parodontitis, con una reducción de varios dientes al nivel de la raíz así como una destrucción masiva de los alvéolos dentales, es decir, piorrea.
La columna presentaba casi todas las vértebras soldadas entre sí, por lo que en un primer momento se determinó que sufrió de espondiloartritis anquilosante, un tipo de enfermedad reumática que provoca inflamación en las articulaciones (en este caso en las vértebras), provocando rigidez y dolor severo de espalda. Con el tiempo se pueden llegar a fusionar las vértebras limitando ciertos movimientos. De hecho, la rigidez cervical de Ramsés era tal, que los embalsamadores tuvieron que partirle el cuello para colocar la cabeza en el mismo plano horizontal del cuerpo, de ahí esa acusada arcatura que presenta su momia. Sin embargo, un estudio en 2004 realizado mediante tomografía computerizada (JACR 55-4, 2004), pone en cuestión este primer diagnóstico (espondiloartritis). Todo parece indicar que en realidad sufrió la Enfermedad de Forestier (DISH), una enfermedad reumatológica que provoca calcificación y osificación,  provocando cierta rigidez y dolor leve. Por otro lado, las radiografías han permitido mostrar que la rotura de vértebras cervicales tuvieron lugar postmorten, después de la extracción del cerebro y del relleno del endocráneo con resina caliente, quizá por los movimientos de "rotomoldeo" de la cabeza por parte de los embalsamadores para distribuir uniformemente la resina en el interior de la cavidad craneana. En las radiografías de observa claramente la concentración por gravedad de la resina en la zona occipital.
Se hallaron placas de ateroma (lesiones formadas por células inflamatorias que calcifican las arterias), en las femorales y carótidas. El análisis Xerográfico permitió descubrir que la nariz estaba rellena de semillas de pimienta, gracias a la cual se mantuvo la forma (normalmente la nariz queda deformada por la presión de las vendas). Los orificios nasales se taparon con algún tipo de resina o cera.

Los estudios han permitido comprobar que tenía la piel clara, el pelo ondulado y que era pelirrojo (gracias al análisis de la raíz del folículo), y no se trataba por tanto de pelo teñido con hena tal y como pensaba G. Maspero (estudios posteriores han confirmado que tanto su padre Seti I como su bisnieto, el faraón Siptah, eran pelirrojos).

Pero sin duda el hallazgo más sorprendente fue cuando se hallaron en el interior de la momia restos de hojas de tabaco (Nicotiana sp). ¿Tabaco en una momia egipcia? Teniendo en cuenta que el tabaco tiene origen americano y que no fue introducido en Europa hasta el siglo XVI por Hernández de Oviedo, el hallazgo planteaba un serio problema de cronología.  Además, no hay constancia de que el tabaco (o alguna variedad de tabaco no exclusiva del continente americano), se utilizara en el proceso de embalsamamiento, pero el hecho de haberlo encontrado en el interior de la cavidad abdominal, descartó la contaminación accidental en época reciente. Por este motivo se solicitó una prueba de C14 pero fué desechado por el gobierno egipcio al tratarse de un procedimiento destructivo. La hipótesis del "tabaco egipcio" cobró aún más fuerza cuando se identificó mediante electroforésis el alcaloide del tabaco, la nicotina, sustancia que al parecer se ha encontrado en otras momias (ver el controvertido trabajo de S, Balanova 1992 y 1993). Un trabajo publicado en el número 75 de la revista Antiquity (2001), sostiene que la presencia de tabaco y nicotina (incluso de los insectos parásitos de la hoja del tabaco que también se hallaron en la momia), son resultado de la impregnación de agua de tabaco usada a modo de insecticida, una práctica al parecer, utilizada en conservación de momias desde finales del siglo XVIII. Según los autores del estudio, los egipcios no conocían el tabaco y es esta solución tabacosa la responsable del jaleo. También hay que tener en cuenta los diferentes traslados que la momia sufrió desde su descubrimiento, estando incluso alojada durante algo más de un año en la propia casa de Maspero.

Fuentes: LLagostera, E. Espacio, Tiempo y Forma, 23-2010, Hors, A. These doctoral, 2005 (Exhaustivo trabajo sobre el proceso de ambalsamamiento, estudios de momias, técnicas y análisis paleopatológicos. Imágenes y resumen del trabajo de Llagostera en Egiptoforo.

Reseñas

grado 
13/03/2023
Magnifico

Una pieza muy realista,parece auténtica....da hasta un poco de grima....realmente fabulosa.



grado 
17/08/2021
Amante de la arqueología

Lo diré en dos palabras IM PRESIONANTE :-D, todos que la ven piensan es auténtica. Detalle al máximo. La mejor pieza que tengo de lejos.

  • 1 de 1 personas encontraron esta crítica útil.

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