QUÉ ES UN PROPULSOR PREHISTÓRICO

¿Qué es un propulsor?
El propulsor o lanzador es un simple vástago de madera o hueso de unos 40 cm de longitud, que presenta un apéndice o un apoyo en uno de los extremos, y una zona de prensión o enmangue en el opuesto (con o sin soporte). Un objeto muy sencillo que supondrá no obstante un gran avance técnico en el campo de la caza. Gracias al propulsor se podrán arrojar lancetas ligeras a cierta distancia aumentando la precisión del tiro, la eficacia de la caza y sobre todo, la seguridad del que lanza (antes del propulsor los grupos humanos debían acercarse al animal con lanzas de corto alcance reduciendo la distancia de seguridad, lo que suponía un enorme riesgo). Las flechas, dardos, lancetas o venablos, se arman con una punta de azagaya en uno de los extremos (elaboradas en asta, hueso, piedra o incluso madera), para facilitar su penetración en el cuerpo de un animal o persona, mientras que en el otro extremo se colocan varias plumas para estabilizar y conseguir precisión en el lanzamiento.

(1) Propulsor de apéndice y soporte. (2) Apoyo del culatín de la lanceta en el apéndice del propulsor (Propulsor magdaleniense de Mas D'Azil). (3) Punta de azagaya de hueso (Magdaleniense. Isturitz).

Casi podríamos decir que el propulsor es la primera prótesis en la historia de la humanidad, dado que es una "prolongación artificial del brazo" que consigue, mediante palanca, ampliar el momento de fuerza del brazo y por tanto la potencia de lanzamiento, alcanzando distancias que oscilan entre los 50 y 90 metros y velocidades que superan los 150 km/h. Comprenderemos mejor la cinética del tiro si observamos esta imagen. Existen varios trabajos sobre el estrés que soportan los músculos, los huesos y los tendones en el momento del lanzamiento, lo que está permitiendo extraer interesantes conclusiones sobre su uso entre los humanos del paleolítico superior (The Biomechanics os Spear Throwing. 2013)

Registro arqueológico y cronología
Los propulsores más antiguos tienen unos 17.000 años, se sitúan a finales del solutrense y principios del Magdaleniense (Paleolítico Superior): propulsor de apéndice de Combe Sauniere 1 (Cattelain, BSPF 1989), quizá los propulsores de Placard (Ver Notae Praehistoricae 2004, Paleo 2015, Archeo-Situla 2014 y Donsmaps), uno de los propulsores de Isturitz (Cattelain & Petillon, Paleo 2015), el ejemplar procedente del Mirón o el propulsor de la Cueva del castillo (España).
En la cueva de Lascaux (Francia), diversos autores identifican un propulsor en la escena pre-magdaleniense del bisonte y el ave.
Pero es sin duda a partir del magdaleniense medio cuando proliferan este tipo de artefactos, profusamente decorados y bellamente esculpidos, generalmente en asta y también en hueso y marfil. No bastaba por tanto que la longitud, el peso o el grosor estuviesen debidamente calibrados, tenían que decorarse con figuras de bulto redondo o grabados, que si bien no aportaba funcionalidad, tendría sin duda una carga simbólica, social y cultural relevante en el seno del grupo. Además de funcional, "era bonito".

Algunos de los propusores más bellos se encuentran en Framcia (1) Propulsor de la hiena (La Madeleine). (2) Cierva de Mas D'Azil. (3) Caballo de Bruniquel.

En España los ejemplos son más escasos. Quizá uno en La Garma, y los propulsores de El Mirón, (Antiquity 2009, ver en detalle), Santimamiñe, Las Caldas (Munibe 2005) y el citado del Castillo.

Recomendamos las siguientes obras de referencia para el estudio en profundidad del propulsor: Palaeolithic Spear-Throwers, las Fiches Typologiques de L'Industrie Osseuse Préhistorique, Cattelain Cahier II, BSPF 2005, Don's maps y Paleo 2015>.

Con el tiempo, hacia finales del paleolítico superior e inicios del mesolítico, el propulsor fue progresivamente reemplazado en Europa por el arco (los arcos más antiguos rondan los 11.000 años).
Aunque debieron fabricarse en madera, no se han encontrado restos arqueológicos en este material sin duda debido a su fragilidad y dificultad de conservación.

Referencias etnográficas
El propulsor ha evolucionado desde la prehistoria hasta épocas actuales por los cinco continentes manteniendo a grandes rasgos la misma morfología y función (la mayoría están elaborados en madera). Los aborígenes australianos utilzaron el Woomera  hasta bien entrado el siglo XX para cazar canguros o pescar, si bien hoy en día su uso es residual en demostraciones y eventos para los turistas. Es un propulsor bastante ancho aunque también existen modelos estrechos. 
Fueron muy corrientes entre los grupos precolombinos, especialmente entre los Azteccas, que desarrollaron un modelo distinto al del paleolítico europeo llamado Ataltl. El Ataltl es un tipo de propulsor con perforaciones para los dedos en la zona de sujección y un extra de peso calibrado para potenciar el momento de fuerza. Otros modelos cuyo uso ha persisitido hasta la Edad Moderna (s. XIX-XX) los encontrams entre ciertos grupos de Papúa Nueva Guinea, Polinesia (algunos modelos utilizan  cordajes para facilitar el lanzamiento), los cazadores árticos, en las Islas Aleutianas y en Canadá, estos últimos de apéndice de caja.
Ver galería de imágenes de propulsores etnográficos de todo el mundo.

© MLC, Paleomanias 2016